La gastronomía se ha convertido en uno de los principales motivos por los que realizar turismo y cada día son más los visitantes que se acercan a Euskadi, seducidos por lo que se cuece en nuestros fogones.
Nada de esto es de extrañar, ya que la cocina y los productos autóctonos ocupan un lugar importante en nuestra cultura. Y no se me ocurre mejor manera para conocer nuestra geografía que a través de productos típicos de la zona. ¿Se te hace la boca agua? Pasen y vean…
Reconozco que realizar visitas guiadas con niños suele ser complicado. En general, se les hace pesado, se aburren y terminan boicoteando la excursión. A no ser tenga relación con animales o haya comida de por medio, como es el caso de la experiencia gastronómica «El pulpo del Flysch».
Esta visita pertenece a la oferta turística de «Kosta Gastronomika». Una iniciativa de la mancomunidad de Urola Kosta, que ofrece la posibilidad de descubrir los pueblos de la comarca a través de productos típicos. Pinta bien, ¿verdad? Sin dudar un segundo, nosotros nos apuntamos.
Pulpo, en Zumaia. Sí, sí, has leído bien. Este cefalópodo no sólo vive en Galicia. Pero mira que hemos visitado miles de veces este pueblo y no teníamos ni idea de que el pulpo fuera el protagonista de la gastronomía local. ¡Nunca nos acostamos sin aprender algo nuevo!
La cita para disfrutar de esta gastro-experiencia en familia, comienza a las 11 de la mañana en la oficina de turismo de la localidad costera. Nosotros preparados, por si hay que ponerse manos a la pesca.
La guía, Violeta, se presenta en la oficina cargada con una caña y una misteriosa bolsa que no deja ver lo que lleva dentro. Los niños no le quitan ojo. Seguro que están pensando en que trae algún pulpo dentro.
Tras una breve explicación del origen del pueblo de Zumaia, que por cierto no es pesquero, como la mayoría piensa, nos ponemos en marcha hacia la preciosa y peculiar playa de Itzurun.
Esta playa, de sobra conocida por la serie «Juego de Tronos» es parte del Geoparque y hábitat natural del pulpo del flysch.
Esta formación de capas rocosas llamada flysch, de valor geológico incalculable, guarda más de 60 millones de años de la historia de la Tierra. En bajamar, se asoma la rasa mareal y como dice mi hija, es como si alguien hubiese peinado el terreno.
Aquí mismo es donde se pesca este exquisito molusco. No es raro ver a gente fisgando entre las oquedades formadas por las rocas, en busca de algún ejemplar, pero ¡ojo al kristo! (luego no digas que no te avisé) Estos 13km de costa entre Zumaia y Deba, forman parte del Geoparque. Eso quiere decir que es zona protegida y la pesca está restringida: Un pulpo por persona y de más de 750gr. La guía cuenta que ya ha habido multas y que guardas, haberlos haylos.
Para tener una mejor vista de la costa, subimos a la ermita de San Telmo. Esa pequeña iglesia, escenario de películas como «Ocho apellidos vascos», nos sirve de mirador mientras Violeta sigue contándonos más curiosidades.
Lo más curioso del pulpo del Flysch no es ni la especie animal, ni la técnica de pesca artesanal que se utiliza, aunque a mí me sigue pareciendo increíble que se pesquen utilizando sólo una caña de bambú y una cuerda atada a ella. ¿Cuestión de maña?
Pero lo que hace verdaderamente especial al pulpo de Zumaia es la forma de conservación del animal una vez pescado y la receta propia del pueblo, que se hace desde siempre. Así lo acreditan los pulperos y los secadores de pulpo que aun ejercen su actividad.
Cada maestrillo tiene su librillo y seguro que se guardan sus secretillos pero en líneas generales, una vez pescado el animal, se pone en un «katilu» (olla) a fermentar. Entre 5 y 7 días y después, se colocan en una especie de perchas de bambú y se secan al aire. ¿Te puedes imaginar el olor que tiene que desprender eso? No, no te lo puedes imaginar…
Violeta con una picara sonrisa abre su misterioso bolso y saca un pulpo. Seco. Envasado al vacío. Y menos mal aunque viendo la cara de los niños, esperaban que saliera uno vivo. Nos invita a olerlo y aunque esté cerrado herméticamente, doy fe de que nuestras narices perciben ese singular aroma.
Buenas risas hicimos a cuenta del olor del pulpo…
La manera más habitual de cocinar el pulpo es cocido y con patatas pero en Zumaia, tienen una receta propia: «Olagarro zopa» (sopa de pulpo). Nos cuenta la guía que este plato no es apto para todo el mundo por su fuerte sabor pero a los zumaiarras de pro, les pirria.
Se nos hace la boca agua de tanto hablar de comida y ahora viene lo mejor de la visita, la cata. Mis hijos están dispuestos a bajar a la rasa mareal en busca de algún pulpo pero antes hay que reponer fuerzas.
Nos dirigimos a «Idoia ardotegia» (Vinoteca Idoia), que se encuentra bastante cerca de la playa y junto a la desembocadura del río Urola.
Un local decorado con mucho gusto, que te recibe con una barra espectacular, llena de coloridos pintxos. Un txakolí bien fresquito y un platito de pulpo, esta vez a la manera tradicional, ponen la guinda a una experiencia gastronómica única.
Eso sí, nos hemos quedado con las ganas de probar este sabroso animalito en todas sus modalidades: la sopa, el pulpo braseado, a la plancha,… y para eso, tendremos que volver el tercer sábado de Septiembre, cuando se celebra la fiesta del pulpo en la localidad.
¿Te atreves a probar la sopa de pulpo? es una buena excusa para venir a conocer Zumaia, ¿no crees?
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Información practica:
- Oficina de turismo de Zumaia:
Kantauri plaza 13
Tel.: 943 14 33 96 • Fax: 943 86 15 31
turismoa@zumaia.eus
- Web oficial de Geoparkea: https://geoparkea.eus/es/
- Aparcar en Zumaia: toda la zona del pueblo es zona azul (hay OTA) en verano. En este plano puedes ver los parkings gratuitos.
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2 comentarios en «El pulpo del flysch, el embajador de Zumaia.»