Es verdad que no hacen falta razones para ir a conocer algún sitio. Como se dice, siempre se aprende algo de cada lugar que exploras o de cada rincón que descubres. Pero no todos tenemos alma de explorador o un hambre insaciable por sumergirse en lo desconocido. Si algo he aprendido yo como agente de viajes, es que muchas personas necesitan caminar sobre seguro. Y la verdad es que si alguien te cuenta de primera mano sus vivencias en algún país o las “batallitas” vividas en tal o cual sitio, todo te llega más y mejor, hasta a las personas más inseguras. Al final, va y te entra el gusanillo…