La habitación ordenada, la hora de comer se ha vuelto un momento relajado, les dices que se acuesten y lo hacen sin rechistar… ¿no te parece un poco raro? Efectivamente, queda poco para que llegue la Navidad y los niños ¡lo saben! aunque no sepan leer, ni entiendan lo que es un calendario. A estas alturas de la película, ya sabrás que los niños son muy receptivos y captan las señales a leguas: bombardeo televisivo de anuncios de juguetes, polvorones y turrones en las estanterías de los supermercados y esa revista de juguetes tan ansiada, por fin en el buzón (aunque cada vez lleguen antes).
A casi un mes para Navidad, este fin de semana nos hemos acercado hasta el Valle del Hierro, en Legazpia (Gipuzkoa), para realizar una visita muy especial. ¡Descubre por qué!
El Parque de Mirandaola, a las afueras de Legazpia, es una gran zona verde que cuenta con el edificio de la oficina de turismo (donde también están situados los baños), la ferrería, el Museo del Hierro Vasco, una fuente, un hermoso frontón y un parque infantil. ¡Vamos, que tiene de todo para el disfrute de los visitantes!
Y te preguntarás ¿Pero, qué tiene que ver el hierro y las ferrerías con la Navidad?
En el Museo del Hierro Vasco se muestra la historia del hierro en el País Vasco y la importancia que tubo en nuestra sociedad. A través de los paneles explicativos y los objetos recuperados, nos enseñan antiguos oficios relacionados entre sí, como ferrones, mineros y carboneros: los mineros extraían el mineral, mientras los ferrones moldeaban el hierro con el fuego, que se mantenía gracias al carbón vegetal producido por los carboneros.
La visita empieza en la recepción del Museo del Hierro, que después de juntarnos todo el grupo, los niños y los mayores tenemos que pronunciar las palabras mágicas para que se abra la puerta que da acceso al museo: “Txapela buruan eta ibili munduan!”. Te voy a ahorrar que mires en un traductor: “con la txapela en la cabeza, anda por el mundo”. Aprende estas palabras, que las vas a necesitar.
Una representación de una “txondorra” (carbonera) a tamaño natural, nos muestra como se consigue el carbón vegetal. Al lado, en una zona con asientos, la guía del museo explica de forma muy divertida cómo se convierte la madera en carbón, como si de magia se tratara.
Hablando de carboneros y la Navidad al estilo vasco, ¿alguien conoce a un tal Olentzero? Una pista: es el carbonero más querido por los niños de aquí.
Ahora sí, ¿verdad? ¿Lo tienes? Por si hay algún despistado en la sala, que siempre hay alguno, aclaro que los niños de Euskadi no reciben regalos de Santa, ni de Papa Noel. La persona encargada del reparto de regalos aquí (Euskal Herria, Navarra y Pais Vasco-frances) es Olentzero. Es un famoso carbonero, bonachón y fuertote (chicarrón del norte, ¡vaya!) que siempre va acompañado de su buen amigo Napoleón (Napo para los amigos), el burro.
La historia dice que Olentzero vive casi aislado en la montaña, la mayor parte del año, produciendo carbón para repartirlo en los pueblos y cuando baja, hacer acopio de víveres, que ¡ese cuerpazo no se mantiene con el aire!
No, no va vestido de rojo y blanco como sus colegas nórdicos, aunque a los aficionados al Athletic de Bilbao les encantaría y siendo sinceros, no es un “gentleman”, pero gana en las distancias cortas. Además, es hablar de este hombre y aparece un brillo especial en los ojitos de los txikis (y no tan txikis). Se iluminan sus caras.
La guía, muy dicharachera, les cuenta a los niños que ella conoce en primera persona a Olentzero y les cuenta la historia de porqué una vez al año trae regalos a los niños. Viendo las caras de los allí presentes, te digo que convenció ¡hasta a los más escépticos! (esos niños de 8 a 10 años que tienen muchas dudas sobre su existencia).
La guía nos invita a salir fuera del museo y conocemos otro personaje, Burdintxo, un ferrón muy alegre que nos cuenta que suele ver a Olentzero asiduamente en el Valle del Hierro, ya que le trae el carbón que necesita para trabajar. De pronto, un hombretón cubierto de lanas y la cara un tanto ennegrecida (bueno las cosas por su nombre, sucia del carbón) aparece bajando del monte. Los niños se emocionan y lo llaman, algunos casi hasta quedarse afónicos… y para alegría de todos, parece que ha surgido efecto, porque se acerca. Confirmado. No hay duda, ¡es el señor Olentzero!
Este momentazo vale la pena, pero aun queda otra sorpresa.
Acompañados de Burdintxo y Olentzero, nos dirigimos a la Ferrería, uno de los elementos patrimoniales más importantes de Gipuzkoa. Aquí, la segunda sorpresa. Cuando pensábamos que Olentzero se iba, tenemos la oportunidad de charlar de tú a tú, entregarle la carta que le hemos escrito con nuestros deseos y por supuesto, sacarnos una foto con él, el hombre más deseado de Euskadi. Sí, vale, por lo menos en esta época del año, que gana por goleada a cualquier famoso, incluso a los futbolistas.
Es un momento de nervios, de ilusión y de mágia, que quedará grabado en la memoria de los niños durante un largo tiempo. Una visita muy especial que termina con las instrucciones de Olentzero a todos los niños allí reunidos: ordenar vuestra habitación, comer lo que os toque, no os peleéis y obedeced a vuestros padres sin rechistar.
El museo, el entorno y como no el “efecto mágico” de las palabras del señor Olentzero, merecen la pena. Quien sabe si el efecto tiene fecha de caducidad y solo dura hasta Navidad… en ese caso, ¡tendremos que volver cada año!
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¡No te pierdas!
Información practica:
– Web: http://lenbur.com/es/
-Tel: 943 73 18 95
– Es recomendable hacer la reserva por la afluencia de gente, sobre todo antes de Navidad.
– Precio: 6 eur (tanto para adultos como para niños).
– Duración aproximada de la visita: una hora.
-Sobre todo si la visita es en los meses de Otoño/Invierno, llevar ropa de abrigo porque aunque estemos dentro del museo, hace frío.
– Se pueden llevar sillas y carritos pero para entrar a la Ferrería, hay unas diez escaleras hacia abajo.
– Además de esta visita, hay numerosas atracciones turisticas alrededor:
- Erreizabal, ecomuseo del pastoreo.
- Igaralde, el rincón del pan.
- Aikur, museo de las abejas.
- Vivienda obrera.
- Escuela de 1950
- Chillida lantokia.
*Si necesitas saber más sobre estas opciones :
Oficina de Turismo de Mirandaola :
E-mail: mirandaola@lenbur.com
Tel: 943 73 04 28
Dirección: Parque de Mirandaola, Bº Telleriarte Auz, s/n
20230 Legazpi, Gipuzkoa
Josune, me ha encantado!!!! A pocos kilometros y ni saber que existia….si es que muchas veces conocemos lo que mas lejos tenemos…..Por supuesto, dentro de unos años iremos con nuestra txikia!! 😉 eskerrik asko por tus posts!!!
Kaixo Nerea! Lo primero muchas gracias a tí, por aportarnos tu comentario. Nos encanta saber vuestra opinión sobre el trabajo que uno hace, para cambiar cosas y mejorar.
Por otro lado decirte que la visita vale mucho la pena, pero como dices, cuando los niños son un poco mas conscientes. Nuestro txiki tiene 4 años y disfrutó muchísimo. Eskerrik asko y nos vemos por aquí!
Que plan más divertido sobretodo para los más peques, besitos guapísima
Este tipo de excursiones son un chute de alegría e ilusión ! Gracias Anabel por tu comentario. Un beso guapa!!
Muy agradecido por los comentarios
Así da gusto seguir ilusionando a los niños.
El olentzero
¡Vaya! Que el mismísimo Olentzero nos deje este comentario en nuestro blog ¡no nos lo esperábamos! Es todo un honor. Mila esker! Y por cierto, este año también, hemos sido muy buenos! 😉